Ánimo colega. Que tu ya sabes de qué va todo esto y nadie te va a explicar a estas alturas de qué va la película. Que hasta hace nada vivías en el reino de los niños, dónde la máxima preocupación era conseguir ese cromo para acabar la dichosa colección, y sin embargo, con veintidós años te has visto envuelto en esta perra y puñetera vida en la que no eres nadie si no tienes un mísero duro.
Ya lo sé colega, que hay gente mucho peor que tú, que ni siquiera va a poder saborear el regustillo del éxito y la buena vida que tú has palpado con las dos manos. Incluso ni de lejos, va a poder conocer todo lo que tú has conocido a pesar de tu corta edad, pero los sueños de cada uno son intocables y tú, sabes mejor que nadie, que los tuyos acaban de perderse por una tubería con destino en el olvido por culpa de los chupatintas de turno que creen tener la soberanía y potestad para jugar con tus ilusiones.
No desesperes, compadre, porque vendrán tiempos mejores y, como te he dicho antes, aunque perra y puñetera, la vida también tiene momentos que merecen la pena: una foto familiar, un regalo hecho con amor o una conversación entre cervezas y amigos. Tu familia, tu novia y tu gente, que ya te están esperando con los brazos abiertos.
Ya lo sé colega, que hay gente mucho peor que tú, que ni siquiera va a poder saborear el regustillo del éxito y la buena vida que tú has palpado con las dos manos. Incluso ni de lejos, va a poder conocer todo lo que tú has conocido a pesar de tu corta edad, pero los sueños de cada uno son intocables y tú, sabes mejor que nadie, que los tuyos acaban de perderse por una tubería con destino en el olvido por culpa de los chupatintas de turno que creen tener la soberanía y potestad para jugar con tus ilusiones.
No desesperes, compadre, porque vendrán tiempos mejores y, como te he dicho antes, aunque perra y puñetera, la vida también tiene momentos que merecen la pena: una foto familiar, un regalo hecho con amor o una conversación entre cervezas y amigos. Tu familia, tu novia y tu gente, que ya te están esperando con los brazos abiertos.
Y qué puedes hacer, me preguntas. Sinceramente no lo sé, no creo que ahora puedas hacer nada. Pero yo iría con la cabeza bien alta y el pecho henchido de orgullo, sabiendo que, incluso a contracorriente, te aferraste al salvavidas de la valentía y le echaste coraje al asunto. Y eso, querido amigo, nadie te lo podrá quitar, ni siquiera la panda de golfos que van a acortar tu aventura.
Así que, ánimo colega y a mirar hacia delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario