Bien B ni 2

En primer lugar, además de daros la bienvenida y expresar el deseo de que el blog os guste, tengo que decir que el proyecto que hoy comienza surge en mi cabeza hace varios meses, cuando emprendo la aventura de un viaje Erasmus y, a través de un amigo, compartimos universidad y madridismo, me anima a contar mis aventuras y desventuras como estudiante de intercambio en Italia, a modo de diario.

He de reconocer que al principio la idea no caló en mí, pero poco a poco comienza a explotar una corriente de pensamientos y reflexiones que necesitan ser expuestos en un cuaderno en blanco. A partir de ese momento y tras numerosos halagos y felicitaciones me doy cuenta de que, aunque poca de momento, hay gente a la que le gusta lo que escribo y cómo lo escribo.

Hasta ahora esto de escribir había sido un ejercicio de egoísmo puro, en el que plasmaba tan sólo aquellas consideraciones que a un servidor le venían en gana. Sin embargo, estoacabadempezar tiene una misión distinta, y no es otra que hacer pensar y reflexionar al lector en temas de diversa índole en el que todas las opiniones y comentarios tendrán cabida dentro de un respeto que requiere cualquier medio de comunicación serio.

La política, el deporte, España, el mundo, la música, ciencia... Cualquiera de estos temas y muchos otros tendrán su espacio dentro de una organización y un modelo bien estructurado.

Sin más os doy una grata bienvenida y os animo a participar en el desarrollo de esta herramienta comunicativa. Ya sabéis: esto acaba de empezar!

miércoles, 27 de abril de 2011

Era una húmeda noche de primavera

Era feliz, aunque estaba triste. Aquella noche de primavera decorada con una ligera llovizna la encontraba más guapa que nunca. Su pelo proyectaba una sedosa luminosidad y sus ojos... ¡qué decir de aquellos enormes ojos negros!

Todo le sonaba a primera vez y, sin embargo, le hubiera encantado parar el tiempo en aquel preciso instante. No quiero que te vayas, susurró escondiendo la mirada en su plato. Son sólo unos cuantos días, respetó ella con seguridad y aplomo.

No le gustaba hablar de presentimientos, pero un nudo en la garganta no le dejó disfrutar de la cena. Sus labios pronunciaron varios te quiero de forma íntima para que ella, sentada en la silla de madera justo enfrente, no notara su preocupación. No te vayas, volvió a decir de forma casi suplicante. Ella le miró seria, en una mezcla de ignorancia y compasión. Los días se pasan volando, dijo al fin.

Le cogió la mano y le acarició el brazo con la punta de los dedos a la vez que un suspiro de resignación cortaba el aire. Sólo tenía ganas de tocarla, besarla y abrazarla. No soltarla nunca De forma sincera se dijo a sí mismo: la quiero. Todo era perfecto.

Pero aquella maldita sensación de despedida para siempre le mantenía intranquilo y el nudo que le apretaba el gaznate le bajó al estómago. Quería quedarse con aquel segundo. Con aquella imagen. Con ella.

Tras un corto paseo hasta llegar a su casa, un apasionado beso como el de Clark Gable y Grace Kelly en Mogambo, y un cálido abrazo, bajaron el telón de aquella húmeda noche. Ya desde el asiento de su coche, y sin dejarla de mirar, levantó la mano de forma tímida, aunque sus entrañas proyectaban gritos de impotencia mientras la puerta del ascensor se cerraba de una manera agónica.

Por su mejilla entonces sintió un cosquilleo húmedo que desapareció cuando se pasó la mano por la cara. Quería llorar. Y lo hizo. ¿Por qué no has insistido más? ¿Por qué no has impedido que se vaya? ¿Por qué esa sensación de nostalgia que te recorre el cuerpo no te deja respirar? En ese momento lo comprendió todo. El sonido de un claxon lejano le despertó y dos enormes focos le despertaron. Y entonces, la vio por última vez. Era una húmeda noche de primavera.

miércoles, 20 de abril de 2011

¿Por qué no me habéis robado el mes de abril?

¡La guerra que va a dar este mes de abril! Ya me lo podrían haber robado como rezaba Sabina. Ni el debate sucesorio de Zapatero, ni las ofertas que propone la justicia española a razón de 22 años de cárcel por 22 asesinatos y le quitamos dos, aprovéchese. Ni, incluso, la madre que parió a la crisis. Nada. Todo ha quedado en un segundo plano por el fútbol.

Los Madrid-Barcelona o Barcelona-Madrid, para que nadie se ofenda que está el tema muy sensible, sirven de paréntesis y de paraguas ante el chaparrón que no escampa. No tendremos ni para comer colega, pero oye, hay fútbol y algo es algo.

Este analgésico deportivo actúa rápido y usa las técnicas houdinianas del escapismo, para evadirnos durante noventa míseros minutos, de todos los problemas, que para algunos, son muchos por desgracia.
Joan Laporta durante su etapa como presidente del FC Barcelona
O eso era antes, porque ya ni el fútbol te dejan ver tranquilo. Ahora, ya no estamos pendiente de si juega Puyol o si de Mourinho dará la mano a Guardiola. Ahora vamos a estar atentos a cómo actúa la gente cuando suene el himno de España que, pese a quién le pese, es el himno de todos los españoles, lo que incluye a vascos y vascas, catalanes y catalanas, andaluces y andaluzas, madrileños y madrileñas y canarios y canarias. Es que el tema del machismo en la lengua está también muy mal visto en los últimos tiempos…

Porque podríamos analizar la corriente catalanista, muy respetable, instaurada a comienzos del siglo XX y no desde la prehistoria como defienden algunos cavernícolas. O podríamos decir que el condado de Cataluña pertenecía a la Corona de Aragón, que como todos sabréis en su unión con la reino de Castilla, formaron en gran medida, la pocilga que hoy conocemos como España. Pero eso lo dejamos para otra ocasión.

Prefiero centrarme en el respeto, que es de lo que va esta vaina. Porque un chupatintas de Solidaridad Catalana por Cataluña, partido independentista creado por Joan Laporta, ex-presidente del Barcelona y próximamente en los mejores cines en “juzgado por cogerse unos millones de las comisiones”, ha pedido defender la catalanidad “de forma cívica” silbando el himno. Es lo que pasa cuando se dejan suelto un cabestro, que se pierde.

Este es un país democrático que cuenta con la libertad de expresión como uno de sus estandartes. Pero una cosa es la libertad de expresión y otra es pasarse por el forro las instituciones y los símbolos de tu país. Como se dijo ayer en un famoso programa de televisión “yo no soy católico, pero no por eso voy a la iglesia a silbar el Padre Nuestro”.

Lo dicho. Que viva el fútbol y que todos estos personajes que no representan a Cataluña ni a los catalanes queden fuera del terreno de juego porque lo único que fomentan es el odio y la falsedad. En definitiva, la historia de este país, o como diría mi padre:de las dos Españas.

miércoles, 13 de abril de 2011

Los mismísimos del nazareno

Llega la Semana Santa. Válgame Dios. Que si el Cristo de Medinaceli por aquí, que si devotos por allá, que Macarena guapa, guapa y guapa. Lo de todos los años, vamos.

He de reconocer que me gusta. No sólo por lo que al aspecto artístico y cultural se refiere, dejando de lado cualquier matiz religioso, sino por las comidillas y polémicas de carácter gilipollezco que nos invaden estos días. Con la Iglesia hemos topado.

El otro día ví en la televisión un reportaje, entre torrija y torrija, en el que los habitantes de un pueblo pucelano casi acaban como el rosario de la Aurora. La razón: que a su Cristo en brazos de la muerte se le ven sus partes íntimas. Señoras escandalizadas, el alzacuellos del cura por los suelos, la Inquisición saliendo de las alcantarillas y alguno que otro mandando al infierno a Zapatero, que no tiene nada que ver pero oye, la tele es la tele y hay que aprovechar.

Cristo en brazos de la muerte de Ricardo Flecha
Total. Que al pobre Cristo, que mira al cielo pensando Ay Señor llévame pronto, le colocan taparrabos para salir en procesión. Ahora va a resultar que el Nazareno era asexuado. Así la Santa Inquisición eclesiástica tendría una razón para desmentir las teorías judeomasónicas de la descendencia.

Yo, que queréis que os diga, ni me mojo ni me dejo de mojar, pero la escultura, sea un Cristo crucificado o un David de Miguel Ángel, es un elemento artístico, lo que conlleva la libertad del autor. Y si al autor le ha salido de los mismísimos tallarle los mismísimos a un nazareno, pues quién somos nosotros para tapárselos. Y a quién Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga.

Lo que mi mente no concibe es que el páter de un pueblucho se escandalice y se ponga colorado con un tema tan banal, cuando sus compañeros de seminario van dejando semillitas a niñas de 13 y 14 años, cuando sus hermanas están metidas en asuntos de drogas, prostitución y robo de niños, y sus jefes apuestan fuerte por el SIDA y por erradicar el aborto.

En vez de tanto rezar y tener presente a la Santa Madre habría que mentar a la puta que parió a más de uno y dos con sotana y alzacuellos. En fin, que Dios los cría y ellos se juntan.

martes, 5 de abril de 2011

Manual del perfecto idiota

En todos los sitios y lugares cuecen habas y crían tontos. Que luego se junten o no es cosa suya, aunque dentro de poco, la marca tipical spanish va a rescindir el contrato con los toros y las sevillanas para patrocinar a un grupo en expansión, cuyas inversiones se han triplicado en los últimos años. Me refiero a los idiotas. También conocidos como gilipollas, tontos, imbéciles o payasos, sin ofender a los bufones y a los honorables currantes de la profesión circense.

El idiota común cuenta con el problema de la superpoblación y está presente en todos los rincones del planeta, aunque en España, con su libertinaje, su permisividad con la ley y su tufo a república bananera ha encontrado su hábitat natural.

Este ser se adapta a cualquier ambiente y puede ser fácilmente reconocido en innumerables situaciones. Una de las más habituales nos presenta al imbécilus ibérico en uno de sus lugares favoritos: el coche, donde la música se encuentra a un nivel demasiado elevado para el ser humano común. Es uno de los puntos débiles del idiota. Si veis a un chico o chica en el metro o en el autobús compartiendo con todos las canciones reggetoneras de su móvil, no dudéis, se trata de un imbécil. Si vais a una discoteca donde te pueden estallar los tímpanos, abrid bien los ojos pues veréis a numerosos especimenes. Si llegáis a conocer los gustos musicales de vuestro vecino de arriba, que no os avergüence decir que compartís bloque con un auténtico merluzo.

Si hablamos del oído como una flaqueza de estos individuos, su nariz alardea de ser una de las partes más importantes de su fisonomía. Grande y con los orificios bien abiertos, lo que en ocasiones provoca importantes sangrados que culminan en polvos de talco o harina, qué sé yo.

Un tonto común no entiende de cultura (quesito marrón en el Trivial, por si alguno de ellos está leyendo esta entrada). Ellos prefieren hablar de cultura callejera. Traducido a un lenguaje coloquial estaríamos hablando de pintorrear paredes y destrozar el mobiliario urbano, algo en lo que algunos son expertos y por lo que habría que darles el premio a gilipollas cultural del año que, visto lo visto y los tiempos que corren en los que hay que reinsertar a todo imbécil o inadaptado, no me extrañaría verlo en un par de meses.

No quiero finalizar esta entrada sin antes realizar una breve descripción de su apariencia física y forma de vestir. Gorra al estilo parabólica Digital Plus, calcetines por encima del pantalón y pendientes en la ceja o en el labio son algunos de sus condimentos indispensables. Algunos también cuelgan de sus cuellos rosarios, por lo que deben venerar a San Apapucio o San Pito Pato, los santos en los que nos cagamos con más frecuencia la raza humana.

Si os encontráis a un ser por la calle con falta de oído, la nariz grande y con marcas de sangre y viste con la gorra apuntando al cielo, miradle fijamente y quedaros con su cara porque posiblemente estéis viendo a un futuro ministro y quién sabe si presidente del gobierno de España, el país de las oportunidades.